Full text: Nupcial

  
NUPCIAL. . 263 
Antonio reparaba en las maneras pul- 
cras, en el perfecto aseo, en el aire aris- 
tocrático de su hermano. En su traje fi- 
nísimo, en su fistol de brillantes, en su 
cadena de oro, en su elegante abrigo; en 
todo aquel conjunto que hacía “de él un 
mimado de la suerte, un hijo predilecto! 
de la fortuna. Su frente pareció ensom- 
brecerse. Una secreta envidia, dormida qui- 
zás de mucho tiempo atrás en el fondo 
de su ser, pareció despertarse. 
—Mi madre me contaba—exclamó—que, 
obligada por la miseria, envió a uno de 
nosotros a nuestro padre. Desde niño he 
tenido muy imala suerte, ya ve usted. Ca- 
11Ó un rato y luego dijo con mal disimu- 
lado encono: ¿Por qué sería usted el ele- 
gido y no yo? 
. Carlos se quedó pensativo. Su mente se 
llenó de interrogaciones. ¿Por qué sería 
yo el elegido? pensaba. ¿Quién presidió 
a la acción de mi madre? ¿Fué la ca- 
sualidad? ¿Fué Dios? Eramos. igualmente 
niños, igualmente inocentes. ¿Por qué fue- 
ron diversos nuestros destinos? ¿Por qué 
se colocó a uno en terreno propicio al mal 
y al otro en terreno propicio al bien? ¿Si 
acaso él era bueno había en ello mérito ? 
¿Si acaso su hermano era criminal, había 
en ello delito? Siguieron cada uno la sen- 
da que se les trazó. ¿Quién era el verda- 
dero culpable de los crímenes de su her- 
mano? ¿La sociedad acaso? ¿Acaso Dios? 
¿Por qué arrojó al pudridero aquella se- 
milla? ¿Por qué siendo los dos iguales, 
sólo para uno hubo bondad y providen- 
cia? Cuando la madre hizo la elección los 
 
	        
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