RECTIFICACIONES CRÍTICAS en
Mas aun: la delicada comision fiada á don Francisco
Bucareli se estendia á las gobernaciones del Plata, del Pa-
raguay y del Tucuman: podia él por consiguiente llenar
con esclesiásticos seculares de la una ó de la otra gober-
nacion, ó tambien de las tres, el deplorable vacio que los
institutores jesuitas dejarian muy luego. Esta medida hu-
biera sido la mas equitativa si ella no llevara cousigo los
riesgos del secreto: pero ya que la misma ofrecia por en-
tonces tan grave inconveniente y este cesó despues de
asestado el golpe terrible á la Compañia de Jesús, el mis-
mo comisiónado Bucareli ú otro de los vice-patronos sus
sucesores podia en tal caso proveerlo en dicha forma. Mi-
rada asi la cuestion, ¿dónde está el derecho primitivo
del clero urbano de Córdoba ? Nuestra detentacion en el
caso hubiera sido contra el derecho del clero de las tres
gobernaciones, y no del solo urbano de Córdoba.
Algo mas: en aquella edad el clero de Córdoba se dividia
en dos clases, superior éinferior: la Universidad era la
casion, y no la causa del fenómeno. Nótese que aqui no
Bao de esa diferencia natural que dá de sí la superio-
ridad de la inteligencia cultivada, del capital heredado ó
adquirido, ni de otras circunstancias humanamente favo-
rables: no, la distancia entre ambas clases era visible de '
mas léjos que la ordinaria, y se defendía de los conatos de
ser abreviada por ascension. De la clase inferior, si se ex-
ceptúan los pocos que se graduaban pro Universitate,
eran aquellos jóvenes que por pobreza cursaban sus estu-
dios en los conventos, quedando por ello atados con el la=-
zo de la benevolencia á maestros y condiscípulos frailes.
Refleccionando ahora queen todas las clases de la socie-
dad humana la pobreza es la herencia del mayor número,
- preguntamos una vez mas al autor del «Bosquejo históri-
co:» ¿Dónde está ese clero compacto y numeroso que
como un solo hombre protestó desde un principio contra la
detentacion ?
- El autor además nos hace saber (cap. VII, pág. 131)
que el ministerio español, contestando en 1768 á ciertos