Full text: Tomo 2 (2)

EL CONDE DE 
del juez—. Hasta mañana, pues 
dió, volviéndose a Bertuccio. 
—Hasta mañana — respondió el in- 
tendente. 
aña- 
XLVII.—El juez. 
Se recordará que el abate Busoni ka- 
bía quedado solo con Noirtier en el cuar- 
to mortuorio, y que el anciano y el sa- 
cerdote se encargaron de velar el cuer- 
po de la joven. 
Acaso las exhortaciones cristianas del 
abate, su dulce caridad, su palabra per- 
suasiva, volvían el valor al anciano, por- 
que desde el momento en que pudo con- 
ferenciar con el sacerdote, en vez de la 
desesperación que se había apoderado 
de él, todo en Noirtier anunciaba una 
gran resignación, una calma bien sor- 
prendente para todos los que recordaban 
la afección profunda que profesaba a 
Valentina. 
M. de Villefort no había vuelto a ver 
al anciano desde la mañana de esta 
Muerte. 
Toda la casa se había renovado ; to- 
móse otro criado para él, otro para 
Noirtier ; entraron dos mujeres al ser- 
Vicio de madama de Villefort; todos, 
hasta el mayordomo, el cochero, ofre- 
cían un aspecto distinto entre los dife- 
rentes señores de esta casa maldita, in- 
terponiéndose entre las frías relaciones 
que entre ellos existían. 
Por otra parte, el Jurado se abría den- 
tro de dos o tres días, y Villefort, ence- 
trado en su gabinete, proseguía con una 
actividad febril los procedimientos con- 
«tra el asesino de Caderousse. 
Este asunto, como aquellos en que el 
conde de Montecristo se hallaba en- 
Vuelto, había hecho gran ruido en el 
Mundo parisiense. 
Las pruebas no eran convincentes, 
Puesto que reposaban en algunas pala- 
bras escritas por un presidiario mori- 
bundo, antiguo compañero de reclusión 
e un hombre a quien podía acusar por 
odio o por venganza ; el convencimien- 
sólo existía en la conciencia del ma- 
gistrado ; el procurador del rey había 
Acabado por adquirir la terrible convic- 
Ción de que Benedetto era culpable, y 
debía sacar de esta difícil victoria una 
de las satisfacciones de amor propio, 
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únicas que conmovían un poco las fi- 
bras de un corazón helado. 
Instruíase, pues, el proceso, graciaz 
al trabajo incesante de Villefort, que 
quería inaugurar el próximo Jurado de 
los «Assises». Vease precisado a ocul- 
tarse para evitar el responder al núme- 
ro de demandas de billetes de audien- 
cias que se le hacían. 
Hacía poco tiempo que la pobre Va- 
lentina había sido depositada en el se- 
pulcro; estaba aún tan reciente el do- 
lor de la casa, que nadie se admiraba 
de ver al padre tan sumamente absor- 
bido en sus deberes, es decir, en la úni- 
ca distracción que podría hallar a sus 
pesares. 
Una sola vez, la vispera del día en 
que Benedetto habia recibido la segun- 
da visita de Bertuccio, en que éste de- 
bía haber dado el nombre de su padre ; 
la víspera de este día, que era domin- 
go, una sola vez, decimos, Villefort ha- 
bía visto a su padre, en un momen- 
to en que el magistrado, rendido de 
fatiga, había bajado al jardín de su 
casa ; y sombrío, encorvado bajo el pe- 
so de un tenaz pensamiento, parecido 
a Tarquino dando con su vara en las 
cabezas de las tadormideras más ele- 
vadas, M. de Villefort daba con su bas- 
tón en los largos y macilentós tallos de 
las enredaderas que se enlazaban por los 
pilares como espectros de estas flores 
tan brillantes en la estación que con- 
cluía. 
Más de una vez había llegado al fon- 
do del jardín, es decir, a la famosa ver- 
ja que daba sobre el cercado abando- 
nado, volviendo siempre por el mismo 
punto y emprendiendo su paseo del pro- 
pio modo y con igual semblante ; cuan- 
do sus ojos se dirigieron maquinalmen- 
te hacia la casa, en la cual oía jugar 
alegremente a su hijo, vuelto de la pen- 
sión para pasar el domingo y el lunes 
cerca de su madre. 
A este movimiento vió en una de las 
ventanas abiertas a M. Noirtier, que 
se había hecho arrastrar en su silla de 
mano hasta ella, para gozar de los úl- 
timos rayos del sol, aun tibio, que ve- 
nían a saludar las flores mustias de las 
enredaderas y las hojas de las parras 
que tapizaban el edificio. 
El ojo del anciano estaba fijo, por
	        
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