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EL CONDE DE MONTECRISTO 303 
Jacobo extendió la mano hacia el  —¡ Partió !—murmuró Valentina—. 
horizonte. ¡ Adiós, amiga mía! ¡ Adiós, hermana 
—: Cómo! ¿Qué queréis decir ?—pre- mía ! 
¡ Cómo! ¿Qué queréis decir ?—pre- mía ! 
guntó, asombrada, Valentina—. ¿Dón-  — Quién sabe sl le volveremos a ver 
de está el conde? ¿Dónde está Hay- más! — dijo Morrel enjugando una lá- 
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dée? grima. 
—Mirad — dijo Jacobo. —Amigo mio — repuso Valentina— 
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—;¡ Partió !—exclamó Morrel—. ¡ Par- ¿no acaba de deciros que la sabiduría 
tió! ¡ Adiós, amigo mío! ¡ Adiós, padre humana está toda entera en estas dos 
mio ! palabras ; Confiar y esperar? 
FIN 
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