que quiere casarsé con ella!l—dijo sir Jorge Stowe ra-
diante de alegría.
Y salió de la pagoda siguiéndole Gurhi.
—Ahora puedes marcharte—dijo el anglo-indio 4 este,
-—¿Y cuándo y dónde recibiró vuestras órdenes, Luz
de Oriente?
—Esta noche en'la faberna del Rey Jorge,
Inclinóse Gurhi y se marchó.
Se quitó sir Jorge los místicos calzones de seda y
en su lugar se puso un traje europeo y una bata, sen-
tándose después ante una miesita de palo rosa y es:
eribió la carta siguiente:
«Adorable miss Cecilia :
»No he olvidado nada y os sigo amando más que á
mi propia vida.
»Hoy á las dos tendré el honor de veros en el parque
de Saint-James y mientras tanto voy á enviar al res-
petable y muy digno lord Charring, vuestro tío, la
tarjeta del que es vuestro más fiel y adicto servidor:-—
JORGE STOWE.»
Cerró ésta la carta, la lacró con un sello ompiema-
tico y procedió á vestirse con mucho esmero,
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