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De pronto experimentó una emoción tan violen-
ta, que se quedó inmóvil y como petrificado.
¿Qué había visto?
A Gipsy que, vestida de hombre, pasó por el cír-
culo de luz que proyectaba en la calle el gas de la
taberna,
El Muñeco no se equivocaba nunca.
Era de aquellos que cuando habían visto á una
persona una sola vez, la reconocían siempre fuese
cualquiera el traje que llevase,
Reconoció en seguida á la gitana, y en el mismo
momento observó que la irlandesa hacía un movi-
miento. llevándose un dedo á los labios y pronun-
ciando en voz muy baja el nombre de Waterloo
Bridge,
Sabía el Muñeco que bridge significa puente, así
como church iglesia,
Al mismo tiempo se marchó la irlandesa con el
hombrecillo.
agó el Muñeco su segundo vaso de aguardiente
y salió á su vez.
Al llegar á la calle tuvo un momento de vacila-
ción, y hay que confesar que la cuestión, tal y, como
se le presentaba, era muy compleja.
¿Iríase sencillamente en busca de Milon, comol
le ordenara Rocambole?
¿Echaría á correr detrás de Gipsy vara averi-
guar á dónde iba?
iS ¿0 bien iría detrás de la irlandesa ?
Pe Casi valía la pena de echar un penique al aire
y para jugar la decisión á cara ó cruz.
lo Esto hizo que el Muñeco, obedeciendo á una sú-
> bita inspiración, se decidiese por un cuarto partido,
y La irlandesa y el hombrecillo se separaron, carn-
¿3 biando un signo de inteligencia y un nombre,
—Waterloo Bridge.
| Parado delante de la taberna estaba un carruaje
4 6 cab, y el Muñeco pudo ver entonces que el hom-
¡Y brecillo era el cochero.
Md No intentó siquiera discutir lo acertado ó des-
Si acertado de la determinación que había tomado,
Obedecía sencillamente á un instinto, á una ins-