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varon á Gipsy, librándola de perecer entre las lla-
mas,
Durante esos tres días dos hombres habían per-
manecido encerrados constantemente en su casa,
Uno de ellos era el anglo-indio sir Jorge Stowe,
El otro sir Arturo Newil,
El primero no tenía más que un temor: el de que
el segundo se fuese á ver á miss Cecilia y la reve-
lase todo lo sucedido,
Salió de la pagoda y después de dar muchas
vueltas por las calles de Hampstead con objeto de
despistar á los que le siguiesen, se marchó á Lon-
dres, en donde se decidió esperar los aconteci-
mientos,
Le constaba perfectamente á sir Jorge Stowe,
que todos aquellos hombres á los que una consigna
misteriosa reunía en la pagoda de MENDEtEnO. ejer-
cían en Londres á la luz del día distintos oficios;
que eran estranguladores y adoradores de la diosa
Kali en la sombra, pero que, á la luz del sol, reivin-
dicaban en alta voz su calidad de ciudadanos in-
gleses,
El rapto de Gipsy llevado á cabo por los preten-
didos Hijos de Siva, era no sólo un fracaso mo ral,
sino además un golpe casi mortal inferido al pode-
río de la diosa Kali y al mismo tiempo á la autori-
dad y prestigio personal de sir Jorge Stowe, jefe de
los estranguladores de Londres.
Desde el día en que Gurhi se presentó á sir Sto-
we para hacerle revelaciones, éste le había tenido
encerrado en su casa.
Cuando volvió á ella vió que había desaparecido,
¿Había huído ?
¿Le habrían sacado de allí?
Esta segunda hipótesis parecía la más probable,
Gurhi era el único que podía decir á los demás
que los pretendidos Hijos de Siva eran unos im-
postores,
Por otra parte, ni al día siguiente ni en los suce-
sivos recibió sir Jorge Stowe ninguna carta de miss
Cecilia la que le anunciara, en su última entrevista