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—Será para algo que se relacione con el casa-
miento, —observó el Guillotinado. :
Pero ¿se sabe en dónde se celebra? preguntó
el Muñeco.
—Pues en el campamento de los gilanos.
-—Entonces no es aquí.
—Es que aquí fué donde nos dijo el jefe que es-
tuviésemos.
—Está bien, pero los gitanos no están,
—No tengo nada que ver,—respondió Milon.
$ El Muñeco quiso discutir.
A —Cállate. Muñeco, cuando el jefe manda hay que
El obedecer.
. El Muñeco tenía tanta independencia en los mo-
18 dales como en la lengua.
Ñ —Apuesto cualquier cosa á que tengo razón.
o —Pues te callas.
gos El Muñeco no quiso hacer caso y repitió una y
Ns otra vez que si los gitanos se habían marchado de
allí, era porque el casamiento debía celebrarse en
otra parte, y, que por consiguiente no debían que-
darse allí.
Tanto dijo, que Milon se impacientó y le dijo:
Si-no estás conforme y no quieres esperar, te
marchas.
y Precisamente esto era lo que quería el Muñeco,
y que marchó diciendo á los otros:
Ya veréis como el jele dice que era yo quien
dl tenía razón. ¿
ES El pilluelo de París no sabía ni una palabra en
AN inglés.
M7 Aparte de esto había tenido ocasión de observar
E) que el pueblo inglés se mostraba muy poco atento
7% con los franceses.
él Pero tenía una imaginación muy viva y se dijo:
Si hablo, como no podré hacerlo en inglés, se
pes burlarán de mí, sin contar con que puede ocurrír-
seles jugarme una mala pasada. Voy á hacer el
mudo, porque mudos los hay en todas partes.
Y cuandó se encontraba á solas en las calles de
de Londres el Muñeco, cuyo traje parecíaso á los ma-