Full text: Los estranguladores (2)

on cara 
o 
Las llamas iban subiendo, y el borde de la túnica 
de la desgraciada joven empezaba á arder, 
Más allá del círculo formado por las matronas 
que bailaban alrededor de la encendida hoguera, 
el pueblo formaba compactos grupos y presenciaba 
el espectáculo con ávida curiosidad. 
Esta vez volvió la cabeza y bajó Gipsy tamba- 
Icándose del pedestal. 
Era su propia historia la que acababa de ver, 
Obedeciendo á un supremo instinto de conserva- 
ción, trataba de alejarse del monstruo y huir, cuan- 
do oyó un ruido á su espalda, 
Ese ruido era el de una puerta que se abrió en 
el fondo de la pagoda. 
Volvióse Gipsy. y al hacerlo dió un grito pene- 
trante, 
Dos hombres, de rostro atezado y extraños trajes, 
daban empelloneg á un tercero, obligándole á pasar 
delante de ellos, 
Este último parecía oponer alguna resistencia 
Y no querer penetrar en la pagoda, 
(la presencia de esta tercer personaje fué lo 
que arrancó el grito á Gipsy, pues le reconoció 
en el acto, 
¡Era sir Arturo Newil! 
XVII 
Fué efectivamente el baronet sir Arturo Newil 
al que vió entrar en la pagoda, 
Para comprender lo que iba á pasar es preciso! 
que retrocedamos una hora, es decir, al momento 
en que habiendo oído el baronet que daba la llave 
una vuelta en la cerradura y creyendo que era 
ipsy la que llegaba, salió al corredor á recibirla, 
Se recordará que en aquel momento dos ner- 
viosas manos le cogieron por el cuello derribándole 
al suelo, en donde le ataron “y amordazaron. 
La lucha fué tan corta que la señora Barclay, 
la vieja ama de gobierno, no oyó nada, 
Estranguladores—6
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.