Full text: Historia de un crimen (3)

- 207 
-—Y a eso se debe que duermas bien. 
Tenéis razón. 
—Pues si quieres aque hagamos negocio. es 
preciso que no bebas—dijo Timoleón. 
¿Durante mucho tiempo ? 
No; dos días. 
Es demasiado largo —respondió Felipota sus- 
pirando. 
Sí; pero cuando termine el asunto, te encon- 
trarás con diez amarillos en la palma de la 
mano. 
Está bien; beberé agua clara; ¿qué es ne- 
cesario hacer, patrón ? 
Timoleón, que tenía aún el pedazo de yeso en 
la mano, dijo: 
Mira y entérate bien. 
Ya miro. 
Aquí debe haber una tapia y un jardín 
abandonado. 
Sí, es cierto; lo he visto. 
Y en ese jardín, un pozo cubierto con unas 
tablas. 
Me parece que lo estoy viendo desde aquí. 
Entre ese pozo y la cantera en que tú pa- 
saste las noches, hay otra cantera que llenaron 
desde arriba, pero cuya parte inferior está vacía. 
Se entra allí por el pozo; sólo que, entre el pozo 
y la cantera, hay una puerta que cierra con 
Nave. 
Felipota escuchaba con mucha atención, por- 
que la promesa de diez luises la había puesto 
de buen humor y estimulaba su perspicacia. 
En esa cantera hay una gran hendidura, que 
se convierte luego en un pasadizo subterráneo, 
que llega hasta la cantera en que tú dormiste. 
Buscando con algo de cuidado en ésta, encon: 
Historia de un crimen, —14
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.