Full text: Historia de un crimen (3)

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y mostró, con mucha complacencia sus hercúleos 
hombros, lo cual provocó algunos aplausos. 
-Este señor que ves aquí —dijo Rocambole, 
mata a un buey de un puñetazo. 
Sí, es fácil-—dijeron a la redonda. 
Así es que si quieres venir con nosotros, 
serás bien recibida, hermosa, en las canteras 
de Pantin—añadió Rocambole encarándose con 
Nora. 
-—¿Y darás una tunda a León ? 
A León y a cuantos quieran defenderle. 
Así me gusta; eres un hombre—dijo Nora. 
Pues bien; el hierro se machaca cuando está 
caliente. Vamos—dijo Rocambole, y 'dió veinte 
sueldos para pagar, y Nora se colgó de su 
brazo. 
¡Vaya! ¡Buenas noches, señores y señoras | 
dijo Milón, y los tres salieron, despidiéndoles 
una salva de aplausos de la asamblea, y cuando 
estuvieron en la calle preguntó Rocambole a 
Nora. 
¿Estás en seco ? 
Sí, no tengo un céntimo. 
Pues entonces aguí tienes dos. ruedas de 
atrás—dijo Rocambole dándole dos napoleones, 
y Nora le saltó al cuello.—Oye, estoy dispuesto 
a exterminar 2 León; pero hay uno al que tengo 
una ojeriza: el Pastelero. 
¡Ah! Pues dudo mucho de que le encuentres 
1 las Canteras de América, porque no habrá 
o jaun. 
¿Quién sabe ?—respondió Rocambole, y se 
pusieron en marcha, mientras que Milón se de- 
Ae 
Para que Rocambole lleve consigo a ese en- 
gendro, convirtiéndosé en su defensor, es preciso 
que tenga una idea. 
el 
1d
	        
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