Full text: Historia de un crimen (3)

o ES 
elaterra el día en que Frantz estranguló al como- 
doro, heredó entonces su inmensa fortuna. » 
Así terminaba el manuscrito de Ricardo en el 
que se notaban algunos puntos obscuros, entre 
ellos lo referente a los motivos que habían im- 
pulsado a miss Elena a educar a su hijo lejos 
de ella. 
Rocambole contaba con su extraordinaria sa- 
gacidad para ponerlos en claro. 
En el momento en gue acababa la lectura, 
daban las doce. 
En las paredes y en el suelo del gabinete se 
reflejaba un alegre rayo de sol, 
Es indudable—se dijo—que en un tiempo 
como este María Berthoud no dejará de acom- 
pañar a su anciano padre a las Tullerías. ¿Y 
quién sabe si miss Elena tendrá también deseos 
de ver a escondidas a su futura nuera ? 
Dicho esto llamó Rocambole a Milón. 
XI 
El sol suele visitar en muy contadas ocasio- 
nes la calle de la Courdiére; sin embargo, a 
mediodía yen esas épocas. del año en que la luz 
inunda todo París, algún rayo de luz del astro 
rey se desliza algunas veces. hasta ella arrastrán- 
dose por cima de los techos de las casas vecinas. 
De todas las calles de París es-quizás la más 
triste, porque la tristeza está precisamente en el 
contraste. 
Situada esa calle en medio de un barrio popu- 
loso y animado, tiene todo el aspecto de la vía 
de una necrópolis.
	        
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