A y Aa
Y Rocambole, gran médico del corazón hu-
mano, vió con alegría el amor que la loca inspi-
raba al Muñeco, y la ternura de que ella daba
pruebas al joven, porque éste era el único que
podía acercarse a ella.
El Muñeco era el único que tenía bastantq
influencia sobre Gipsiy, para hacerla tomar al-
gún alimento o conseguir que se acostase tem-
prano y no saliese a la calle
Obtenía todo esto con el gesto y la mirada,
porque no sabía el inglés, único idioma que ha-
blaba Gipsy.
Y al observarlo, decíase Rocambole:
Gipsy se volvió loca a consecuencia de una
desgracia de amor. El amor será el que la cure.
Hacía ocho días que el Muñeco y Gipsy vivían
en la calle de Vert-Bois.
La mujer del frutero era la que cuidaba. del
arreglo de la casa y de hacerles la comida.
El Muñeco velaba por Gipsy lo mismo que
una madre por su hijo.
No salía nunca y no hacía más que estudiar.
El expilluelo de París, que apenas sabía leer,
tenía una inteligencia notable.
Le dió Rocambole líbros, y le dijo:
Pal vez Gipsy no esté siempre loca, y quién
sabe si cuando eso suceda te gustará hablar fá-
cilmente con ella. Para esto es preciso que apren-
das el inglés. Ahí tienes libros: estudia y aplí-
Later
Y el Muñeco se dedicó con afán al estudio,
diciéndose : -
Llegará un día en que podré decirla cuánto
la amo...
Alguna que otra vez Milón y Noel subían a
verlos, y a enterarse de cómo seguía Gipsy
a