= 108 —
»Estas palabras fueron dichas con tanta segu-
ridad, que hicieron renacer en mí la confianza.
»Más adelante, en «Los Tesoros del Rajah», ten-
dremos ocasión de ver si acertó en sus previsiones.
. . a ” . . . » 2 > , * a 2 »
XXXVI
»Nadir me dijo:
»—Puedo asegurarte que aun que estuviésemos
meses enteros haciendo combinaciones de toda
clase, no conseguiríamos hallar el secreto de esta
cerradura que se resiste á todo ensayo.
»Vosotros los europeos habéis encontrado un
medio fácil por la combinación de las letras, mas
nosotros los indios tenemos otra, sin duda algu-
na, más complicada y más ingeniosa que la vues-
tra.
»Le miré con asombro y continuó:
»—Vosotros no tenéis más que cierto número
de letras, y nuestras cifras son infinitas, tanto, que
podemos contar hasta millones de millones.
»Sin duda esta llave da vueltas sobre sí misma
un número fijo de veces, cuyo número ignorg-
mos é ignoraremos siempre,