Full text: Un drama en la India (6)

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»—¿ Y el opio? 
»—¡Oh!—me contestó sonriendo,-—por pobre que 
sea un indio y por cara que vaya la mercancía, 
se encuentra en su casa. 
»Y diciendo esto abrió una especie de cajón en 
el cual el sastre dejaba sus utensilios y su pipa 
y del cual sacó una pelaca negruzca, la que abrió 
enseñándome su contenido. 
»En efecto, contenía un grano de opio; pero nos 
faltaba el limón y Nadir abrió la puerta y se di- 
rigió á la joven que ya conocemos y que estaba 
sentada en el umbral de su casa. 
»Nadir la llamó y poniéndole una moneda en 
la mano la mandó á buscar un limón á la tienda 
más próxima. 
»A los pocos minutos apareció de nuevo la jo- 
ven llevando un limón en la mano. 
»Nadir puso en un almirez algunos granos de 
arroz que encontró en la casa, mezclándolos con 
las hojas de youma, de limón y un grano de opio, 
lo machacó todo y fué vertiendo lentamente esta 
mezcla en un vaso de agua que se convirtió en 
un licor de color de rosa, que vació en una copa. 
» Hassan miraba con aire abobado. 
»Nadir le presentó la copa y le dijo: 
»—¡ Bebe! 
»Hassan cogió la copa y bebió con avidez su 
contenido como si tuviera mucha sed. 
»—Ahora—me dijo Nadir,—esperemos. 
»Después de haber bebido quedó Hassan como 
en una especie de éxtasis. 
»Poco á poco, sin embargo, sus ojos brillaron 
y palabras incoherentes salieron de sus labios. 
»Entonces Nadir cogió la luz y me hizo seña 
de que le siguiera. Bajamos á la cueva y meti- 
mos la llave en la cerradura. 
»Hassan hablaba siempre y e” alta voz con gran
	        
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