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= 19) =
»El sacerdote se levantó y se acercó temblan-
do á Nadir.
»Este le dijo:
»—¿Sabes quién soy?
»—Eres el amo y yo el esclavo—respondió el
sacerdote,
»—Entonces, si te ordeno que hables, ¿habla-
rás?
»—Si—dijo;—¿no acabo de decirte que soy tu
esclavo ?
»—Esclavo—replicó Nadir aceptando el epíteto:
—¿cCerrastes la puerta del templo?
»—SÍ, amo mío.
] »—Y sin embargo, estamos aquí.
1 »Al oir el sacerdote estas palabras, se inclinó
e con respeto.
A »—La pagoda no tiene más que una entrada,
»—Acierta, pues, por dónde hemos entrado
»—Sivah es poderoso.
1 »—Bien, pero Sivah no ha tenido nada que ver
A en esto—dijo Nadir, y dando un golpe con el pie
/ en la losa que acababa de cerrar, dijo: '
ds »—Por ahí hemos entrado. h
4d »Al oir estas palabras vimos palidecer y tem- '
p
y blar á Kureb, echando una medrosa ojeada que
dirigió á la losa.
»Nadir lo comprendió y le dijo:
l »—Me has prometido hablar,
Y »Y acarició el puñal,
FIN