Full text: Un drama en la India (6)

e 39 4 
el diván, mandó que le acercasen un velador con 
una lámpara y se puso á leer con mucha tran- 
quilidad. 
Transcurrieron otras doce horas. 
El delirio cedió su lugar á una extremada de- 
bilidad. 
La necesidad de dormir se hizo tan imperio- 
sa, que con frecuencia su implacable enemiga te- 
nía que pinchar dos veces seguidas al Muñeco 
para conseguir que éste abriese los ojos. 
Más tarde los verdugos reemplazaron á su ama. 
El Español se presentó llevando en la mano 
un fogón portátil lleno de carbón hecho ascua, 
entre el cual el Muñeco pudo ver, estremecién- 
dose, la terrible varilla de hierro con la que ha- 
bía visto marlirizar al anciano duque de Fenes- 
trange. 
La necesidad de dormir hízose, sin embargo, 
tan imperiosa que, aun adivinando el uso de la 
varilla, que se iba poniendo incandescente, se le 
cerraron los ojos. 
Uno de sus verdugos le descubrió el hombro. 
El Muñeco le dejó hacer, y ni siquiera intentó 
defenderse, porque se quedó dormido. 
La varilla candente le tocó en el hombro y-le 
hizo despertar dando un rugido. 
El tercer suplicio empezó de esta manera y du- 
ró otras doce horas, durante las cuales el Mu- 
ñeco no vió á la Hermosa Jardinera. 
Cada vez que se quedaba dormido, humeaba 
su carne chirriando bajo el hierro candente. 
Aullaba, la sangre le manaba de las narices y 
le consumía una fiebre ardiente y, no obstante, 
de vez en cuando, figurábasele oir el ruido mis- 
terioso de aquel pico que trabajaba sin cesar. 
De pronto el Español y su compañero miráron- 
se el uno al otro con mucha inquietud y asombro,
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.