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(ue puedan venir en tu ayuda, te habrá Eundida
el puñal en el corazón.
>Y como Nadir se había aproximado, le dije en
indio:
»—Baja al camarote, coge al niño, y salta cor
él al mar. veo
»— ¿Y tú? A y
»—No te preocupes de mí, ya nos encontraremog,
»—¿Y el buque?—dijo todavía Nadir, Pa
»—Está ya perdido; ¿no ves la costa?
»En efecto, el fuego encendido por Singhi, ardía
como un faro sobre las rocas, nos debíamos es.
trellar contra ellas en pocos minutos.
»Nadir se precipitó por la escalera, y desapareció,
»Pasaron dos minutos que fueron dos siglos.
»Durante estos dos minutos, tuve á Tippo Runa
bajo mi puñal,
»El traidor, ni siquiera se atrevía 4 mover la ca»
beza.
»De pronto se oyó un ruido. |
»Fué el de un grito que fué sofocado al instante,
y algunos segundos después se oyó otro nueva
grito y dije para mí:
a Nadir que'al coger al niño se le ha resis.
ido,
»Pero al fin se echó al mar por una de las ven-
tanas del camarote.
»Entonces me volví hacia Tippa Ruao, que dió
un grito al ver que yo levantaba el puñal para ma»
tarle; mas de pronto, dos brazos vigorosos me sus
jetaron, y oí un fuerte grito que decía sobre cu-
bierta: A
»—¡El timón 4 estribor!
»Esta voz era la de John Happer. 5
»El capitán, herido, viendo que Tippo Runo nó
Volvía, supuso con razón que pasaba algo extra.
ordinario, de
Tesoros del Rajah—7
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