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Aquella noche no quiso privarse de nada.
Era la una de la madrugada cuando pensó que
debía volver á la casta de dormir en la que había
dejado á la irlandesa. ]
| Sus piernas se le doblaban “IgO cuando salió de j
allí, y dirigió una mirada incendiaria á la gasa
de las tribunas que, en aquel pudibundo estable-
cimiento, oculta á los hombres la vista de algu- y
nas mujeres que van á oir cantar á unos cuantos |
] artistas de frac negro, Ó 4 presenciar los juegos
habilidades de un clown que hace con la nariz
y el sombrero las cosas más extraordinarias.
El Dandy se encaminó á la casa de dormir. |
Í Esta era, como ya dijimos antes, una casa en :
ll la que reinaba absoluta independencia. ]
4 Cada uno entraba y salía cuando y como lo 1
h tenía por conveniente. : úl
Ú ' Después de las doce de la noche, los huéspedes |
y lasaban un llavín que les daban al alquilar la ha- |
dl bitación y encontraban la llave de ésta y una luz
Ñ encima de una mesilla del correflor. po
Recogían ambas cosas y se iban á acostar sin |
Al hacer ningún ruido; porque lo que el inglés respeta Í
1 más es el sueño ajeno: 13
4 | Apesar de su ligera embriaguez, subió el Dandy Ñí
, la escalera tomando muchas precauciones. Ñ
]
Tenía que pasar por delante del cuarto de la
irlandesa para llegar al suyo.
Al pasar por delante de la puerta experimentó
como un ligero remordimiento. ; mo
—La verdad es que falté 4 las conveniencias—
se dijo, —y mientras que esa pobre mujer lloraba (4h
sin consuelo, me fuí 4 divertir. Soy un hombre
sin corazón. é
Se acercó á la puerta poniéndose á escuchar
Le pareció que oía sollozar á la irlandesa, pero
en la habitación reinaba un profundo silencio.
Está durmiendo —se dijo,—¡Pobre mujer!