Full text: La maestra de párvulos (1)

lady Elena, pero la fascinadora mirada del Hom- 
bre Gris pesaba sobre ella, y no tuvo más remedio 
que obedecer. 
Cogió el candelero, abrió la, puerta de su cuar- 
to y hijo: 
—Seguidme: ; 
La irlandesa se apoyaba en el brazo de su liber- 
tador. : VU 
Lady Elena les hizo seguir un corredor y bajar 
ma escalera, atravesando después muchas salas 
del piso bajo. 
En el hotel reinaba tun profundo silencio, y en 
el camino no encontraron á nadie, 
Cuando llegaron al invernadero, cogió lady Ele- 
na 'una llave que estaba colgada en la pared. 
—Aquí tenéis—dijo,—la Nave de esa puerta. 
—Está bien. Hasta la. vista, lady Elena, —contes- 
tó el Hombre Gris. 
Y en aquel momento pudo desprenderse la alta- 
hera joven del extraño encanto que la dominaba 
desde hacía una hora, y replicó: 
—¡Sí! ¡Sí! ¡Hasta la, vista, porque volyeremos 
'á vernos! 
Y dirigió una mirada rencorosa á aquel hombre 
en cuya presencia había temblado, sintiéndose do- 
minada y humillada por él, 
—Sí, nos volveremos á ver—murmuró mientras 
que el Hombre Gris atravesaba el jardín lleván- 
dose á la irlandesa. —¡Nos volveremos á ver, y 
entre nosotros será en adelante el duelo á muerte! 
' 
FIN
	        
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