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Entró éste y miró al francés con esa calma que
no abandona jamás á los ingleses.
Le dirigió la palabra en francés, diciéndole:
—Soy sir Harris, y estoy á vuestra disposición,
señor,
—0Os pido mil perdones, sir, por haberos mo-
lestado, pero soy portador de una carta de vues-
tros corresponsales de París.
Y abriendo por tercera vez su cartera, sacó una
carta que tenía el timbre en seco de la casa Ha-
rris, Johnson y compañía de París, calle Chau-
sée-d'Antin número sesenta y siete.
—Hacedme el favor de tomaros la molestia de
pasar á mi despacho—dijo sir Harris.
Y abrió una puerta que había en el fondo del
despacho de Morok..
El banquero se apartó á un lado, dejando pa-
sar á la visita. ;
Cuando estuvieron á solas, abrió sir Harris la
carta de sus corresponsales, y leyó lo siguiente:
«Os recomendamos eficazmente al señor Fermín
Bellecombe, médico y comisionado por la Facul-
tad de Medicina de París, para hacer estudios
acerca de la estrangulación.
»El señor Fermín Bellecombe tes muy rico, y
lleva cartas de crédito para diversas casas de ban-
ca, y esperamos aceptaréis cuantas os presente.
» Esperamos, además, os pongáis á su disposición
para cuantos servicios pueda pediros.
»Desea ante todo el señor Bellecombe visitar las
cárceles, y sobre todo la de Newgate.
»Además de esto, quiere practicar ciertos expe-
rimentos con los cadáveres de los ajusticiados,
«y creemos que vuestro cargo de alderman (1) os
permitirá facilitarle mucho al objeto que se pro-
pone.» y
(1) Cargo que equivale al de regidor,