Full text: La jaula de los pájaros (3)

—De eso me encargo yo—respondió el primero. 
—Y yo también—dijo el Dandy.—¿Es preciso 
que ahora nos separemos ? 
—Si—respondió el Hombre Gris, —y mañana por, 
la mañana—añadió encarándose con el Dandy,— 
te irás á San Gil. z 
—Así lo haré. 
—Irás en derechura á la sacristía y dirás que 
quieres hablar con el abate Samuel. 
—¿ Y le diré? : 
—«Todo va bien y el niño está en salvo.» 
Marcháronse el Pájaro Azul y el Dandy lleván- 
dose á Susana. 
El Hombre Gris cogió á Juana de la mano y la 
hizo entrar en el cémenterio cuya verja estaba 
abierta. : : 
—Aquí estamos en seguridad—dijo,—porque no 
hay en toda Inglaterra un agente de policía que 
se atreviese á prender á nadie dentro de un cemen-. 
terio por muy criminal que fuese. 
Siguiendo su camino á través de las tumbas, 
cuyas piedras blancas se recortaban sobre el fon- 
do obscuro de la niebla, dieron la vuelta á la 
iglesia, y penetraron en el coro. 
: En éste había una puertecita en la que el Hom- 
A bre Gris dió tres golpes. : 
o La puerta se abrió casi en el acto. 5 
(e Yun rayo de luz iluminó de lleno los rostros 
y de la irlandesa y de su hijo. 
En el dintel de la puerta se hallaba en pie jun 
hombre que tenía una linterna en la mano. 
El Hombre Gris le dijo: 
—Es á nosotros á quien estáis esperando. 
—¿Quién os envía?—preguntó el de la linterna. 
—Aquel á quien todos obedecemos hasta el día 
en que el jefe supremo llegue á ser, hombre—res- 
pondió. el salvador de Rodolfo. 
«"Pasad—diio el de la linternas
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.