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—Llamaréis al ventanillo y diréis á la persona
Que salga: «El Mersey-arrastra témpanos de hielo.».
—¿Y qué significan esas palabras?
—Son la contraseña,
—i Y nos abrirán ?
—Sí, y os harán este signo.
Y el Dandy hizo un gesto de capricho que Juan
repitió en el acto.
—¿ Y qué responderemos ?
—Responderéis con este otro.
Y el Dandy hizo uno nuevo.
—Después de esto os considerarán como amigos
de Irlanda y os admitirán en presencia de Juan
Colden, que, desde que quisieron ahorcarle y se
libró milagrosamente de la cuerda del verdugo pasal
entre los irlandeses por gozar del don de poder
curar á los enfermos.
Supo el Dandy dar á:su «acento tal sinceridad
y á su rostro una expresión de franqueza que
Juan cayó en el lazo. ¡
—¿ Y qué os parece todo esto?—preguntó volvién-
dose á Nichols y á Patricio. «4
—Creo que es vis hacer lo que dice—respon-
dió el primero. ;
—Pero quedándose dos de nosotros guardando
el Dandy hasta que vuelvan los otros—indicó el
segundo.
—Me parece que os podéis marchar loss tres—
dijo á su vez el escocés Macferson.
Y se arremangó las manos enseñando unos pu-
ños enormes.
—— Basto y sobro yo para guardar á ese hombre—
añadió.
—¿En la cala?
—Sí, y para más seguridad haced una cosa; cuan-
do estéis arriba cerrad la escotilla.
—Eso es precisamente lo que queremos hacer—
dijo Juan,