XXIX
Eran mucho más de las dos de la madrugada
cuando el reverendo Pedro “Town se separó de
lady Elena.
¿Qué plan tenebroso habían combinado entre
los dos, el clergyman rencoroso y fanático y la
patricia tan cruel como orgullosa?
Nadie habría podido decirlo.
Los resultados de ese plan tan tenebroso, lol
hemos de ver relatados en el episodio: La señorita
Elena,
Poco después de marcharse el reverendo, aban-
donó lady Elena el pabellón y se dirigió hacia
el palacio con el paso ligero, la cabeza altamente
erguida y los labios temblorosos y entreabiertos
á impulsos de cruel alegría.
Puede que nunca hubiese tenido el corazón. tan
repleto de odio como aquella noche.
Nunca había visto con tanta claridad la perspec-
tiva de una venganza terrible y próxima.
A las jóvenes de la aristocracia inglesa las edu-
can con tal libertad, que ni á los mismos criados,
les parecen extraños sus más excéntricos capri-
chos.
Lady Elena entraba y salía de su palacio á cual-
quier hora del día ó de la noche, y la servidum-
bre no se inquietaba lo más mínimo.
Sus doncellas la esperaban hasta las doce de
la noche, y dada esa hora íbanse á acostar, por
habérselo así mandado expresamente su señora,
que las ordenaba que desde esa hora en adelante
se alejasen de sus habitaciones.
Al llegar al vestíbulo, después de atravesar sin;
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