Full text: Historia de Gil Blas de Santillana

e in 
it 
e 
A 
a 
ñ 
1 
4 
AAA 
PRE 
AA AA 
>. 
52 
190 
A la hija de aquel señor no se le olvidó 
darnos también mil gracias por su dicho- 
sa libertad; y habiendo juzgado don Ra- 
fael y yo que gustaría don Alfonso de que 
le facilitásemos el medio de hablar un 
rato á solas con aquella viuda joven, lo 
dispusimos prontamente, entreteniendo 
al conde de Polán. 
—Bella Serafina—le dijo don Alfonso 
en voz muy baja,—ya no me quejaré de 
la desgraciada suerte que me obliga á vi- 
vir como un hombre desterrado de la so- 
HISTORIA DE 
LIBRO 
1 
DE LO QUE HICIERON GIL BLAS Y SUS COM- 
PAÑEROS DESPUÑ'S QUE SE SEPARARON DEL 
CONDE DE POLÁN: DEL IMPORTANTE PRO- 
YECTO QUE FORMÓ AMBROSIO Y CÓMO E 
EJECUTÓ. 
Después de haber pasado el conde de 
Polán la mitad de la noche en darnos 
gracias y asegurarnos que podíamos con- 
har con su eterno agradecimiento, llamó 
al ventero para consultar con él de qué 
modo llegaría con seguridad 4 Turis, 
adonde tenía ánimo de ir. Dejamos que 
tomase sobre esto sus medidas, y nos- 
otros salimos de la venta siguiendo el ca- 
mino que Lamela quiso seguir. 
Al cabo de dos horas de marcha nos 
amaneció cerca ya de Campillo. Llegamos 
prontamente á lasmontañas que hay entre 
aquella villa y Requena, y allí pasamos 
el día en descansar y en contar nuestro 
caudal, que sehabla aumentadomucho con. 
el dinero que hablamos cogido á los ladro- 
nes, en cuyas faltriqueras hallamos más 
de trescientos doblones en diferentes mo- 
nedas. Al entrar de la noche nos volvimos 
'á poner en camino, y el día siguiente al 
amanecer penetramos en el reino de Va- 
lencia. Retirámonos al primer bosque que 
encontramos, emboscándonos en él, y lle- 
gamos á un sitio por donde corría un arro- 
guelo de agua cristalina que ibalentamen- 
te 4 juntarse con las del Guadalaviar. La 
sombra con que nos convidaban los árbo- 
les y la abundante bierba que el campo 
«ofrecía para los caballos nos hubieran de- 
terminado ú hacer alto en aquel parajo, 
GIL BIAS DE 
SANTILLANA 
ciedad civil, habiendo tenido la fortuna 
de contribuir al importante servicio que 
se os ha hecho. 
—Pues qué, ¿sois vos el que me habéis 
salvado la vida y el honor? ¿Sois vos ú 
quien mi padre y yo somos tan deudores ? 
¡Ah, don Alfonso! ¿por qué fuisteis vos 
quien dió muerte 4 mi hermano? 
No le dijo más; pero él comprenlió bas- 
tante; por sus palabras, y por el tono en 
que las dijo, que si amaba con extremo á 
Serafina, no era menos amado de ella, 
SEXTO 
aun cuando no estuviéramos ya resueltos 
á descansar algunas horas en él. 
Apeámonos, pues, y haciamos ánimo 
de pasar allí aquel día alegremente; pe- 
ro cuando fuimos á almorzar nos hallamos 
con poquísimos víveres. Empezaba á fal- 
tarnos el pan y nuestra bota se había 
convertido en cuerpo sin alma. 
—Señores—dijo entonces Ambrosio, — 
sin Ceres y sin Baco ú ninguno agrada el 
sitio más delicioso. Soy de parecer que 
renovemos nuestras provisiones, y asf 
marcho ú este fin a Chelva, que es una 
linda villa distante de aquí solas dog le- 
guas, y tardaré poco en tan corto viaje. 
Dicho esto, cargó en el caballo la bota y 
las alforjas, montó, y partió del bosque. 4 
ban buen paso, que nos prometimos sería 
muy pronta su vuelta. Tenfamos motivo 
para creerlo asi y aguardábamos por mo- 
mentos á Lamela; mas, sin embargo, no 
volvió tan presto como lo esperábamos. 
Era ya mucho más del mediodía y aun se 
aproximaba la noche para cubrir los árbo- 
leg con su negro manto, cuando vimos 
á nuestro proveedor, cuya tardanza co- 
menzaba 4 darnos cuidado. Engañó ale- 
gremente nuestro sobresalto con las mu- 
chas cosas de que venía provistó. Na sólo 
traía la bota llena de exquisito vino y 
atestadas| las alforjas de carnes asadas, 
sino que reparamos en un gran fardo aco- 
modado á las ancas del caballo, que se 
llevó nuestra atención. Conociólo Ambro- 
sio y nos dijo sonriéndose : 
—Apuesto yo 4 don Rafael y á todos 
los más diestros del mundo, que no son 
capaces de adivinar por qué ni para qué 
he comprado todo este envoltorio de ropa.
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.