Full text: Historia de Gil Blas de Santillana

A 
318 HISTORIA DE GIL BLAS DE SANTILLANA 
»bras, no dudando que el lance que iba á 
»contar era el mío, y, con efecto, no me 
»engañéó. Refirió el tal sujeto el pasaje 
»con toda exactitud, y aun me hizo saber 
»lo que yo ignoraba, es decir, lo ocurrido 
zen el salón después de mi fuga, que fué 
»lo que voy á referir á ustedes, 
»Apenas me escapé, cuando los moros, 
»que según el orden de la comedia que se 
»representaba debían apoderarse fle mi, 
»aparecieron en la escena con el designio 
»de venir á sorprenderme en la cama de 
»cósped en que me crelan dormido; pero 
»cuando quisieron echarse sobre el rey de 
»León, se quedaron sumamente atónitos 
»de no encontrar ni rey ni Roque. Paró la 
»comedia, agitáronse todos los actores ; 
»unos me llaman, otros me buscan, éste 
»grita y aquél me da á todos los diablos. 
»El arzobispo, que oyó la bulla y confu- 
»sión que había detrás del teatro, pregun- 
»tó la causa. A la voz del prelado, un 
»paje que hacía de gracioso en la comedia 
salió, y dijo: 
»>—No tema ya Su Tustrísima que los 
»moros hagan prisionero al rey de León, 
»porque acaba de ponerse en salvo con sus 
»vestiduras reales. 
»—/ Bendito sea Dios !—exclamó el ar- 
»zobispo ;—ha hecho muy bien en huir de 
mlos enemigos de nuestra religión, librán- 
»dose de las cadenas que le preparaban. 
»Sin duda se habrá vuelto 4 León, capital 
»de su reino, y deseo que haya llegado 
»con toda felicidad. Por lo demás, mando 
»seriamente que ninguno vaya en su se- 
»guimiento: sentiría mucho que S. M. tu- 
»vieso que padecer la menor desazón por 
»parte mla, 
»Luego que dijo esto, dió orden de que 
»so leyese en alta voz mi papel y se aca- 
»base la comedia.» 
XI 
PROSIGUE LA HISTORIA DE ESCIPIÓN 
«Mientras me duró el dinero, el posade- 
»ro usó de grandes atenciones conmigo ; 
»pero luego que advirtió que se me había 
»acabado, comenzó á tratarme con des- 
»agrado, buscando camorra á cada paso, 
>y una mañana me dijo que le hiciera el 
»favor de salir de su casa, Dejéla desde- 
»ñosamente, y me entré á oir misa en la 
»iglesia de los padres dominicos. Mientras 
mla estaba oyendo, se acercó á mí un 
»anciano pobre y me pidió limosna; sa- 
»qué del bolsillo dos 6 tres maravedises, 
»que le dí diciendo: 
»—Amigo mio, ruegue usted á Dios que 
»me proporcione pronto una buena conve- 
»niencia; si fuere oída su oración, no se 
»arrepentirá de haberla hecho, y cuente 
»con mi agradecimiento. 
»A estas jpalabras me miró el pobre 
»con mucha atención, y con seriedad me 
dijo: 
»—¿Qué clase de conveniencia desea us- 
»ted ? 
»—Quisiera—le respond!,—acomodarme 
»de lacayo en cualquiera casa donde lo 
»pasase bien. 
»Mo preguntó si me urgía. 
»—No puede urgir más—le contesté, — 
»porque si no logro cuanto antes la dicha 
»de colocarme, no hay medio, ó6 habró 
»de morir de hambre, ó tendré que ser uno 
»de vuestros compañeros. 
»—£i llegara ese caso—repuso él,—ge 
»le haría á usted muy cuesta arriba no 
»estando acostumbrado á nuestra vida; pe- 
»ro á poco que se hiciese á ella, preferi- 
»ría nuestro estado al de servir, que es 
»sin disputa inferior á la mendicidad. Sin 
»embargo, ya que usted quiere más ser- 
»vir que pasar como yo una vida holgada 
»ó independiente, dentro de poco tendrá 
»usted amo. Aquí donde usted me ve, pue- 
»do serle útil: hálleso aqui mañana á la 
»misma hora. 
»Tuve buen cuidado de no faltar: volví 
»al día siguiente al mismo sitio, en donde 
»no tardó mucho en presentarse el men- 
»digo, que, acercándose á mí, me dijo 
»que tuviera la bondad de seguirle. Hice- 
»lo así, y me llevó á un sótano no distan- 
»te de la misma iglesia y en el cual te- 
mia su albergue. Entramos ambos en 
»ól, y habiéndonos sentado en un banco 
»largo que por lo menos habría servido 
»cien años, el pobre me habló de esta ma- 
NATA: 
»—Una buena acción, como dice el 
»refrán, halla siempre su recompensa ; 
»ayer me dió usted limosna, y esto me ha 
determinado á proporcionarle una buena 
»colocación, la que, si Dios quiere se con- 
»seguirá muy presto, Conozco á un domi.- 
anico anciano llamado el padre Alejo, que 
»es un santo religioso y un excelente di- 
»rector espiritual; tengo el honor de ser 
»su demandadero, y desempeño este em- 
»pleo con tanta discreción y fidelidad, que
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.