Full text: Los dramas del adulterio

| 
/ 
| 
AT A AG hr 
a 
: s a e e 
AA AS O E A A 
o 
RO a 
e 
SS 
a dd 
PP... 
1 
" 
| 
| 
i 
| 
199 LOS DRAMAS DEL ADULTERIO 
lucido toda la noche;,. Si no estuviese se- 
gura de que no existe ningún. peligro, ten- 
dría miedo... Ah 1 ¡cómo voy á reñirla por 
haberse cambiado de este modo! 
La buena señora se volvió hacia el cen- 
tro de la habitación y entonces pudo. divi- 
gar una carta colocada bien, á la vista:so- 
bre un velador llena de libros y de álbuma. 
Se acercó y tomó la carta, 
El sobre, trazado por.una mano E 
rosa, decía lo. siguiente ;, 
PARA, MI QUERIDA TÍA 
—| Una ¿carte para mil—murmuró la 
señora Laféne llena ale ansiedad y de. un 
temblor nervioso.—¡ Es la letra de mi so- 
brina!... ¿Por qué me escribe?,... ¿Y qué 
es lo que me escriba?... 
Para saberlo. era preciso leer la carta. 
La tía de Alicia rasgó el sobre y din- 
gió la mirada al papel que contenía del cual 
iba á brotar la luz, 
Apenas había recorrido los primeros 
renglones se tornó pálida como una muerta 
y creyendo sentir que la tierra huía bajo 
sus pies se dejó caer sobre una silla, te- 
niendo siempre entre las n:anos la fatal 
carta de su sobrina, 
—No.... no...—exclamó en voz alta, co- 
mo quien habla soñando, —no... esto es 
imposible... he leido mal...he comprendido 
mal....me vuelvo: loca... no es verdad nada 
de esto... no puede existir eso... dentro de 
un momento lo sabré toda, y me reirá de 
mi ofuscación, 
Leyó otra vez hasta el final y con gran 
precipitación. 
71 Ah1-— exclamó. en seguida. — ¡Es 
verdad! ¡Todo es verdad! ¡Dios mio! 
¡Dios mía! 
Se puso en pie como enloquecida y, bro- 
pezando á. cada paso, se dirigió hasta la 
puerta que daba al pasillo que ponía en co- 
municación las habitaciones del piso. prin- 
cipal. Abrió la puerta, se apoyó em el mar- 
co para no caer al suelo y con voz ahogar 
; da por la emoción, gritó. 
—Mi marido. ¿Dónde está mi marido? 
El ayuda de cámara llegó corriendo. 
—Beñora-——dijo mirando sorprendido la 
cara desfigurada, descompuesta, casi des- 
conocida de su ama,—el: señor ha salida 
esta mañana para: Francfort, como todos 
log dias, en el primer tren 
Un ronco suspiro se escapó de la. con- 
traída garganta de la señora Laféne. 
—¡ Abandonarme de esta manera |-— 
murmuró.—¡Heme sola, completamente 
sola! ¡Oh, desgraciada! 
Y dejando el marco de la puerta en que 
estaba: apoyada, cayó desplomada sobre el 
suelo del pasillo como si hubiese sido aco- 
metida de un ataque violento de aplope- 
jia; pero no soltó la carta que su mano 
«erispada encerraba. 
— ¡La señora se pone muy mala! ¡La 
señora se muere !—gritó el criado asustiam 
do, —¡socorro! ¡socorro! 
Las criadas acudieron precipitadamente: 
—¡ Misericordia l—dijo una de ellas, — 
¡La señora se muere! ¡Oh! ¡ Nuestra 
buena señora!... ¡nuestra querida amal 
La señora Laféne, inmóvil y con el 
rostro congestionado, parecía un cadáver. 
Sus criados la adoraban. 
Un concierto de lamentaciones se elos 
vó á su alrededor, y á causa de la emoción: 
general, nadie pensaba en socorrerla propi- 
nándole ¿digún remedio, 
Al fin pudo incorporarse y con voz en- 
ronquecida, que parecía salir de las profun- 
didades de un abismo, dija; 
—No, no me he muerto... ¡no, na quier 
ro morir!... ¡Es preciso que vival... 
Agua... Vinagre.,. Pronto... 
Se apresuraron 4 obedecer, 
Al cabo de algunos segundos la pobre 
mujer se tranquilizaba un poco. 
Dió orden de que: enganchasen inmedia- 
tamente el coche para que la condujese. 4 
Hombourg. 
Quería marchar á¿ Franclorb en el pri= 
mer trep que se dirigiese. á. aquella cius 
dad. 
Diez minutos más tarde el coche roda 
ba por el mismo camino en que Alicia habia! 
descubierto algunas semanas antes el cuer- 
po inanimado de Paul de Nancey atravesas 
do por la espada del principe Gregory.
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.