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tan apasionado... ¡Confía en mi co-
razón!... En él hallarás siempre re-
fugio, fe y cariño inextinguible. Si
en tu vida loca, sediento buscas la
linfa por esos caminos, cuando agos-
tado sientas la angustia de la sed, ven
al manantial de donde
siempre hallarás
fiebre...
«¡Perdón, no, mi amante, mi es-
mi pecho,
refrigerio para tu
poso, mi novio eterno idolatrado! Es
para mi una gloria tener más prendas
que ofrendarte. Pídeme la vida, los
cielos, el dolor, la sangre, y Wanda,
tu esposa, la que no amó ni amará
jamás a nadie como a ti, contenta te
las dará, con la risa en los labios y el
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COLECCION DE NOVELAS SENTIMENTALES
¡Alma adorada! Te ruego no lo digas.
No estoy preparada aún para seguirte.
Y si tú te vas, yo no permaneceré en
la tierra ni un instante. Nada podría
sujetarme aquí.
¡Y cuando la heroica mujer hablaba
así, la mirada candorosa de un retrato
de su hija angelical parecía suplicar
también piedad para ella!...
Wanda! Su fortaleza en
amor podía costar más de una vida.
¡Dios sabe cuántas, porque la ido-
latría en este mundo se paga cara!...
Ya lo dijo el sabio: Todo ser exce-
¡Pobre
sivamente amado es una especie de
Dios, y Dios mo hay más que uno.
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