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16 LA HIJA DEL
Magdalena volvió á sentarse, y la
vieja Agar, después de algunos mo-
mentos de vacilación, se puso á
contar la historia del casamiento y
temprana muerte de la señora Ár-
thur, añadiendo algunos comenta-
rios de su cosecha. Despojado de
'detalles superfluos, el relato fué co-
mo sigue:
Magdalena Harcourt, huérfana é
hija adoptiva de un tío rico y solte-
ro, perdió su protección por haber-
se enamorado y casado con Lionel
Payne, hombre hermoso y enérgico,
sin otra riqueza que su clara inteli-
gencia, su honor acrisolado y su co-
razón amante y bondadoso.
Lionel Payne había empezado
la carrera de derecho, pero las cit-
cunstancias pusieron frente á él
ciertos misterios que desde mucho
tiempo preocupaban á los mejores
detectives, y el joven estudiante
descubrió en sí mismo no sólo una
inclinación á los trabajos de inves-
tigación criminal, sino también un
talento notable. De aquí que de-
jara su carrera para convertirse en
detective. Se elevó rápidamente en
su nueva profesión, dedicando toda
su habilidad al estudio de los casos
más difíciles, siendo pronto conoci-
do entre los detectives y temido en-
tre los criminales con el nombre de
«el maestro Payne».
Vivió dos años feliz con su joven
esposa, fué padre de la niña Mag-
dialena, y cuando ésta contaba seis
meses cayó víctima de una peli-
DETECTIVE
grosa persecución, herido por la ba-
la de un asesino.
Juan Arthur había sido compañe-
ro de estudios de Lionel Payne, ha-
biendo seguido con curioso interés
los éxitos del joven, y siendo, den-
tro de lo que permitía su naturale-
za egoísta, uno de los mejores ami-
gos y admiradores del detective,
Lionel Payne, de carácter franco y
abierto, no viendo nada sospechoso
en la conducta desinteresada de su
amigo, le abrió las puertas de su
feliz hogar. Arthur se sintió impre-
sionado por la belleza de la joven
esposa y les hizo frecuentes visitas,
Un día, en la oficina en que Juan
Arthur trabajaba como empleado,
se presentó el tío de Magdalena
Payne. Venía á otorgar testamento.
Dejaba todas sus propiedades á su
sobrina Magdalena y á sus herede-
ros. Esto ocurría pocos meses antes
de la súbita muerte de Lionel.
Diez meses después de haber
quedado viuda, murió el tío de
Magdalena. Viviendo ésta com-
pletamente sola con su hija y sin
otros recursos que su trabajo, Juan
Arthur continuó en sus visitas ma-
nifestando gran interés por la pe-
queña Magdalena en amor á su di-
funto padre. La señora Payne no
podía menos de mostrarse agrade-
cida, y su corazón de madre no era
insensible á la devoción que míster
Arthur demostraba para su hija,
De aquí que, al cabo de algún tiem-
po, le diera su mano y la parte de
AAA
A
edad
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