Full text: La hija del detective

—¿Entonces, está usted dis- 
puesto á concederme un favor, aun 
en perjuicio de usted ? 
—¿Cómo podría negarme? Mán- 
deme usted, miss Payne. 
-—Siendo así, Mr. Percy, me ha- 
rá usted un gran favor retrasando 
una semana su casamiento con miss 
Arthur. 
Aquello fué una bomba para el 
lánguido caballero, que se animó 
súbitamente á impulsos del miedo. 
—¿Qué... qué quiere usted de- 
cir, miss Payne?—replicó sin po- 
der contenerse. 
—Lo que acabo de decir, caba- 
llero. No me agrada que mi parien- 
ta abandone la casa para casarse de 
esta manera clandestina. Ahora no 
me pregunte cómo he descubierto 
este para usted profundo secreto. 
Ya ve usted que está descubierto. 
¿Quiere usted complacerme, apla- 
zando este matrimonio? 
Percy estaba pensativo. Intenta- 
ba halagar su vanidad diciéndose á 
sí mismo que era mirado con bue- 
nos ojos. Pero esta reflexión no le 
convencía. Durante aquellos días, 
todas las preferencias habian sido 
para Davlin. ¿Cuál era, pues, el 
motivo de semejante pretensión ? 
Reunió sus fuerzas como pudo 
para replicar: 
—-Miss Payne, me ha cogido us- 
ted de sorpresa. 5 no puedo pre- 
guntarle cómo ha hecho usted ese 
descubrimiento, cuando menos me 
será permitido preguntas por qué 
me hace usted este ruego. 
LA HIJA. DEL DETECTIVE 947 
—Se lo he explicado ya. 
—Dispense usted si le digo que 
debe de haber otro motivo. 
—Está usted perdonado—repli- 
có la joven friamente;—¿accede 
usted á mi súplica? 
Percy se levantó malhumorado. 
—Dispénseme usted, miss Pay- 
ne; pero usted pide demasiado. 
—Y, sin embargo, se lo pido. 
—Y yo siento no poder acceder. 
—HEntonces me entenderé con 
miss Arthur. El conocimiento de 
que tiene usted una esposa en la 
tumba y otra bajo este mismo te- 
cho, hará, sin duda, en ella el efec- 
to deseado. 
Percy se dejó caer en su asiento, 
pálido como un difunto. 
Todo estaba perdido. Cora le ha- 
bía* hecho traición, pero quizás 
Magdalena no tenía de ello más 
que una noticia verbal. Cuando iba 
á hablar, ella le asestó el último 
golpe. 
—Convénzase “usted de que es 
inútil discutir conmigo. Estoy en- 
terada de todo desde el primer mo- 
mento. No se moleste usted inves- 
tigando cómo y de qué manera lo 
he averiguado. Sin duda está us- 
ted admirado de que la señora Art- 
hur y su hermano le invitaran tan 
amablemente á residir en Oakley. 
Es porque creen que está usted en 
posesión de ciertos importantes do- 
cumentos, dos certificados matri- 
moniales que ellos hau perdido. 
—¿Cómo?--exclamó Percy. 
—Y que yo he encontrado—aña- 
A 
Drinptatí 
AA 
PA 
MA 
e ra
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.