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AVENTURAS 195
del lago. Resguardados luego en la casamata que forma-
ba parte de un fortín abandonado y ocupaba la cumbre
del Scorzef, los europeos hablaron de cuanto les había
ocurrido desde su separación en Kolobéng; mientras tan-
to los marineros vigilaban a los makololos que les con-
cedían algún respiro.
Lo primero que se ocurría preguntar era : ¿por qué se
hallaban los rusos en la cumbre de aquel monte, tan apar-
tado a la izquierda de su línea meridiana ? Por la misma
causa que había obligado a los ingleses a volverse a la
derecha. El Scorzef, situado casi a la misma distancia de
uno y otro arco, era la única altura de aquella región que
pudiera servir para instalar una estación a orillas del lago
Ngami : era muy natural, por consiguiente, que las dos
expediciones rivales, metidas en aquella llanura, se en-
contraran en la única montaña que pudiera servir para
sus observaciones. En efecto, los meridianos ruso e inglés
convergían en el lago en dos puntos bastante distantes
entre sí, y de aquí la necesidad en que se veían los opera-
dores de enlazar geodésicamente la orilla meridional del
Ngami con la septentrional.
Mateo Strux dió inmediatamente algunos detalles so-
bre las operaciones que acababa de ejecutar. La triangu-
lación se había verificado desde Kolobéng sin incidente
alguno. El primer meridiano, que había caído en suerte a
los rusos, atravesaba un país fértil, un tanto quebrado,
que presentaba toda clase de facilidades para la forma-
ción de una red trigonométrica. Los astrónomos rusos ha-
bían aguantado, como los ingleses, la excesiva tempera-
tura de aquellos climas, pero sin faltarles el agua, pues
abundaban los riachuelos en la comarca, conservando en
ella una saludable humedad. Los caballos y bueyes se ha-