AVENTURAS 25
-—Tu nombre es muy conocido en:el Reino Unido,
bushman—respondió el coronel Everest—. Fuiste el ami-
go de Anderson y el guía del ilustre David Livingstone,
que me honra con su amistad. Inglaterra te da las gracias
por mi conducto, y felicito al señor Emery por haberte
escogido por jefe de nuestra caravana. Un cazador de tu
temple debe ser aficionado a las buenas armas. T'raemos
un parque completo, en el que me harás el favor de ele-
gir el arma que más te agrade, pues sabemos de sobra que
estará en buenas manos. ,
Una sonrisa de satisfacción se dibujó en los labios del
bushman : evidentemente le halagaba el aprecio que de
sus servicios hacían en Inglaterra, pero no tanto como la
oferta del coronel Everest. Dió las gracias en corteses fra-
ses, y se mantuvo apartado, en tanto que Guillermo Eme-
ry seguía hablando con los europeos.
El joven astrónomo completó los detalles de la expedi-
ción organizada por él, y el coronel Everest, al parecer,
quedó satisfecho. Tratábase, pues, de llegar lo antes posi-
ble a Lattakú, porque la partida de la caravana debía
efectuarse a primeros de marzo, después de la estación
de las lluvias. :
—Coronel — dijo Emery—, tenga la bondad de indi-
carme de qué manera piensa ir a ese pueblo.
—Por el río Orange y por el Kuruman, uno de sus
afluentes, que pasa junto a Lattakú.
—Perfectamente—contestó el astrónomo—; pero, por
muy excelente y rápida que sea la embarcación, no podrá
subir por las cataratas del Morgheda.
—Daremos la vuelta a la catarata, señor Emery — re-
plicó el coronel—. Mediante un trasbordo de algunas mi-
llas podremos volver a navegar río arriba, y, si no me en-
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