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108 VALENTÍN R. GONZÁLEZ (BELISARIO)
quiera han querido dar sus nombres. El chofer
de la camioneta, por lo contrario, jura y per-
jura que a las seis de la tarde, y por teléfono,
le fué hecha la proposición de trasportar al
muelle una caja y unos sacos; que, no obs-
tante la hora en que le dijeron que tenía que
efectuar este servicio, no le causó extrañeza
toda vez que se trataba de un barco que se
hacía a la mar al día siguiente de madrugada.
En su consecuencia, a las dos y media de la
mañana, cargó en la camioneta la caja y los
sacos que le fueron llevados al garage en un
carro de mano conducido por un chino. Este
mismo chino le pagó el importe del servicio:
quince pesetas. El, el chofer, se limitó a tras-
portar la carga al muelle y al lugar que le fué
indicado, emprendiendo el regreso y siendo
detenido por la policía, en el extremo del
muelle.
Por otra parte, el documento que se halló al
registrar al capitán del «Ho-ang-ti», ha sido
traducido al castellano, y dice así: «La policia
española parece relacionar la desaparición de
las niñas con nuestros vendedores de collares.
Hazte a la mar en cuanto recibas el «género».
Este documento no tenía firma alguna.