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NIÑAS DESAPARECIDAS 129
—Así es. Las niñas, al llegar a mujeres, no
podrían ser reconocidas porque parecen chinas ;
además, el recuerdo del pasado se va debilitan-
do en ellas: terminan sintiendo como las oriun-
das de Oriente. Esta mentalidad reformada,
ejerce también influencia en los recién nacidos
que nacen, por lo tanto, bajo la influencia del
medio.
Descansó unos instantes para terminar:
—Fu-sing ha cumplido su palabra y espera
del culto policía que, inmediatamente, le deje
salir de aquí en libertad... Loto, mi hija, espe-
rará llorando a su venerable padre.
El inspector, que desde el final de la narra-
ción no hacía otra cosa que acariciarse el ima-
ginario bigote con manifiesto nerviosismo, se
alzó de su asiento y tras mirar con fijeza a Fu-
sing, dijo tuteándole por vez primera:
—Inmediatamente serás puesto en libertad ;
has cumplido tu palabra y yo cumpliré la mía.
Una vez en libertal quizás huyas de España:
es lo mejor que puedes hacer... Por si acaso no
volviera a verte—el inspector se iba excitando
—oye bien lo que voy a decirte... Eres un ca-
nalla, más canalla que los vulgares asesinos.
Todo ese alarde de patriotismo con que razo-
Y