Full text: Sinvergüenzas

terías, a las que ella respondió dicharachera y gra- 
ciosa. Ya en este tono, se enzarzaron los cuatro en 
una charla frívola y amena, salpicada de risas, chas- 
carrillos y chistes due duró largo rato. Luego, vol. 
viendo a la formalidad, derivaron de nuevo la con- 
versación hacia el estado del enfermo. 
—Estoy mucho mejor—confirmó él. Me ha di- 
cho el médico que mañana probablemente me qui- 
tará el vendaje. Me probará unas galas que me están 
haciendo, y si me sientan bien, si no sobreviene 
una recidiva de la queratitis, o dicho en cristiano, 
si con la luz la córnea no se vuelve a inflamar, el 
lunes podré salir a la calle, 
—¿Pasado mañana? 
—Eso es. 
—Abh, pues muy bien—dijo ella. 
—Sí, nenita; la semana que viene, Dios median- 
te, reanudaremos nuestra vida y volveremos a nues- 
tros paseítos. 
—AÁ pie, por supuesto. 
Teodoro se echó a reír. 
—Pero, ¿de verdad, Maruja, tanto miedo le ha 
tomado usted al auto? 
—Ubstedes verán si no es para tomarlo. Yo no 
soy supersticiosa, pero dicen que a la tercera va la 
vencida, y ésta es ya la segunda. 
—¿Cómo la segunda? 
—¿Román no les ha contado a ustedes cómo 
nos conocimos? 
— 8l — 6
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.