Full text: El único tigre

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no había llegdo ya. Clutter, además, tendría que inspecionar 
los alrededores de la finca y hasta era probable que fuesen 
hasta Marsella. ó 
El hombre tigre no podía sospechar que Coucher, el ma- 
yordomo, había cantado de plano y que como en Birmania y 
en Londres, no se precipitarían, sino que aguardaría el momen- 
to oportuno para dar el zarpazo y darlo bien. Era, pues, proba- 
ble que el coronel tuviese aún dos o tres días de espera y mien- 
tras tanto, Culalla activaría en París la extradicón de los dos 
criminales, lo que por pronto que se hiciese invertiría cierto 
tiempo. Strickland, pues, partió aquella noche del aeródromo 
de Croydon, con el ánimo más tranquilo; pero un poco antes 
de llegar a París, el avión tuvo una avería y fué preciso ate- 
1rizar. 
En auto llegó a la capital de Francia y a las nueva de la 
mañana partía para Aviñón, en el rápido de Marsella. 
De aquel viaje apenas si recordaba nada días después. Un 
bosque muy verde iluminado por un sol radiante; multitud de 
torres y campanarios que parecían un escuadrón de gigantescos 
lanceros, una buena ciudad, un amplio río y muchos puentes; 
pero aquello pasó ante su vista como las imágenes ante un es. 
pejo. El monótono y rítmico ruido del tren, el movimiento de 
los asientos, le tenían como adormilado. Una imagen, que ya 
otras veces se le había presentado en su imaginación, reapareció 
de nuevo. Era un hombre en el último eslabón de una cadena 
arrollada en un cabrestante, cadena que tenía su principio allí 
iejos, hacía meses, una noche de luna, mientras aguardaba pa- 
ciente en una plataforma, en un árbol de la jungla de Mogok, 
cadena de presentimientos que tenían que llegar y donde quie- 
ra que se cumpliesen allí había de estar él. Otro eslabón era el 
día que él se reprochaba haber perdido en su viaje a Warwicks- 
hire, pero que ahora se convencía que no había tal pérdida. Es- 
taba bien en el lugar que le correspondía. No había perdido 
el día aquél, puesto que aún llegaría a tiempo. Encontraría a 
las dos jóvenes en el hotel de Europa, en Aviñón. 
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