que le hacía falta para pasar fuera la noche. Se fué a Mar-
sella, dejó su pequeña impedimenta en el hotel “Términus y
tomó una habitación para pasar la noche. Regresó a la esta-
ción y tomó un billete para Nimes, en cuya población comprá
un sombrero negro, de esos que cubren toda la cabeza y ocul-
tan los ojos y también una gabardina para tapar su vestido.
Volvió a la estación y tomó otro billete para Pont d'Aviñón,
a donde llegó poco después de las siete. Es una especie de
apeadero, en el extremo del puente, al otro lado del río y, fíje-
se en esto, coronel, a kilómetro y medio, nada más de Villa
Laura. Corina, por consiguiente, tuvo tiempo suficiente para...
seamos francos. ..; para su traición. En el camino, entre Ni-
mes y Pont d'Aviñón, hizo el cambio de indumento con las
prendas recién compradas. Al llegar a la estación del puente,
aunque aún no había anochecido, nadie la reconoció. La puer-
ta del parque estaba aún abierta. Dionisia cierra la verja más
tarde. Tenía, pues, una hora a su disposición. Corrió a Villa
Laura y lo primero que hizo al llegar fué dejar el telegrama
entre las cartas.
Hizo una ligera pausa y continuó:
—Y ahora viene lo horrible, la horrorosa tragedia. Enton-
ces dió el paso fatal que le costó la vida. Se le ocurrió subir
a su alcoba, para cualquier tontería, para pintarse los labios,
quizá, sabe Dios para qué, para recoger algo que con las
prisas de la mañana había dejado olvidado; unos polvos; una
sandez. Entra en su cuarto y se encuentra con sus dos enemi-
gos, que escondidos allí mismo la aguardaban.
Strickland aprobó con un movimiento de cabeza y comentó:
—Clutter y Roussencg estarían, probablemente, escondidos
en el parque durante todo el día, hasta que encontraron la
oportunidad de meterse dentro de la casa.
—No, señor—corrigió Dangnignon—. Volvieron de Mar-
sella por la tarde, en un auto alquilado. Dejaron el coche es-
condido en una casucha abandonada, no lejos del punto por
donde escalaron la tapia. En el coche llevaba una cesta
y una cuerda de cáñamo. No es difícil adivinar para qué.
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