— YY —
Cuando lo hubo conseguido, quiso tener
noticias de Vasco.
Ana se las dió completas.
Vasco estaba encerrado en un espacioso y t
lóbrego calabozo, donde esperaba el fallo que
debía decidir de su suerte.
Al principio se había entregado a todos los
arrebatos de la desesperación. |
Pero luego se fué tranquilizando.
A esto contribuyó no poco el haberle con
cedido una gracia especial. y
Vasco había traído un esclavo y una es-
clava,
La esclava era un portento de juventud y
de hermosura.
Sin el obscuro tinte de su piel, difícilmente
podía encontrarse en Portugal una sola mu-
jer que pudiera ni tan sólo igualarla y
Esta esclava está perdidamente enamorada
de su señor.
Y pidió con tal insistencia que la encerra-
sen con él, que lo obtuvo al fin.
De suerte que, por una gracia especial, los