Full text: La marquesa dolorosa

Santos comprendió cuánto la aniquilaban estas 
emociones, y cuán necesitada estaba de reposo, 
después de las terribles horas que acababa de 
pasar. 
Con la ternura con que una madre acomoda a 
su hijo en la cuna, arregló el joven el cojín de 
musgo sobre el que reclinó la linda cabeza, y 
sobre la frente, que la fiebre abrasaba, apoyó su 
mano en una casta y dulce caricia, 
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Jacoba parecía dormirse. 
Su respiración era tranquila, sus ojos estaban 
cerrados, y una sonrisa vagaba por sus- labios 
descoloridos, que en otro tiempo crispara el terror, 
El caballero de Lusignan la contemplaba, mien- 
tras el corazón le saltaba locamente dentro del 
pecho. 
¡Jacoba!... ¿No era un milagro del cielo que 
hubiera hallado a su Jacoba en aquellas trágicas 
Circunstancias ; 
Y estaba allí, cerca de él, durmiendo bajo su 
custodia, como ya durmiera otra vez durante la 
A rt ei 
j noche inolvidable de la isla de Ré... 
4 ¡Ah! ¡qué amarga alegría saboreaba en aquel 
. momento Santos! 
j El pasado, desvanecido, se enlazaba con el 
b presente. ¡Pero este presente hecho de dolor, 
Y puesto que, aunque salvada por él, la joven per- 
tenecía a otro! 
¡No importal Era infinitamente dichoso cuando 
al inclinarse hacia ella la sentía tan cerca de sí, 
después de siete años de separación y de silencio, 
Transcurrieron lentos los minutos, instantes de 
bienhechor reposo para Jacoba, rendida por las 
4 emociones y el cansancio; de deleite y de éxtasis 
para su salvador. 
Al fin los hermosos ojos se abrieron, no con la 
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expresión de antes, expresión de angustia y de 
locura, sino infinitamente bellos, inteligentes y, 
á dulces, 
i Y. las lágrimas fluyeron de ellos.., 
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