Full text: La marquesa dolorosa

Su rostro angustioso y de expresión cautelosa, 
parecía más bien el de un condottiere que el de 
un alto dignatario de la Iglesia. Verdad es que 
Antonio Duprat no había recibido las órdenes 
hasta el año anterior, es decir, en 1516. Lo que 
no le impidió llegar rápidamente a la púrpura 
cardenalicia, pasando por el arzobispado de Sens. 
Favor que debía a la madre del rey, a Luisa 
de Saboya, de la que era hechura, y cuyos intereses 
y pasiones servía con una astucia que a veces 
rayaba en crueldad. 
Él fué quien, a petición de Francisco 1, negoció 
el Concordato con la Santa Sede. 
—Aquí tenéis la lista, señor, —dijo Duprat, pre- 
sentando un papel al soberano. 
—Sí,—dijo éste pasando la vista por el papel, 
-—hay que nombrar tres obispos y dar abades a 
seis monasterios. Entre estos últimos figura el 
monasterio de Divielle, situado muy cerca de 
aquí, ¿no es verdad? 
—A unas cuantas leguas, señor. 
—Habría que nombrar al beneficiado antes de 
que esos señores del Parlamento se pusieran en 
camino para París, 
—¡Sería un excelente ejemplo para vencer la 
resistencia de esos señoresl—opinó el almirante, 
—¡Pues bien, Bonnivet, te nombro abad de 
Diviellel—declaró el. rey riendo, 
—¡Mil gracias, señorl—respondió Bonnivet en 
el mismo tono. 
—¿Por qué no? Yo creía que te gustaban 
mucho las faldas... 
—Esas no... y en todo caso no para llevarlas... 
—¡Es lástimal  Serías un excelente prior. Te 
dispensaría de hacer los votos. Conservarías tu 
empleo de+»almirante, y no abandonarías la corte, 
Bastaría, sencillamente, con que hicieras un acto 
de presencia en Divielle, durante los primeros 
tiempos. 
—Entonces, señor, "esto es serio?—articuló 
¡Bonnivet con una inquietud perfectamente fingida. 
, 
210
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.