Full text: La marquesa dolorosa

—Subidas y bajadas continuas. Tampoco es 
el camino de San Severo, en el que ee trechos 
llanos. 
—La estabilidad volvió al fin. 
—|Ya dimos con ello!... Es el camino de Saint- 
Geours... Cuando os detuvisteis, en el momento 
fle llegar, ¿estabais subiendo o bajando una 
cuesta ? 
—Desde hacía un instante caminábamos por 
terreno llano. Y debía ser por un bosque, porque 
se oía el crujido de las hojas, y yo sentía en 
la cara los golpes de las ramas. 
—Entonces íbais por un tallar, por el de Saint: 
Geours, seguramente, porque los otros bosques 
sólo tienen grandes árboles cuyas ramas no hubie- 
ran podido azotaros el rostro, por estar demasiado 
altas. 
-| Y es verdad, señor doctor!l—exclamó el al- 
bañil, maravillado. 
— Vamos adelantando, vamos adelantando, Gui- 
llermo.. 
Sí, pero el bosque de Saint-Geours es muy 
grande... 
—Cuando os apeasteis del caballo, '“¿anduvisteis 
algo a pie, pisando la tierra ? 
—Unos pasos; luego caminamos por encima 
de escombros, Pensé que se trataría de una casa 
a medio derribar. 
—Enseñadme vuestros zapatos, Guillermo. 
Pesquidouse fué a buscarlos; estaban cubiertos 
de una capa de arcilla oscura. 
—Esta—dijo Santos—es la tierra de estos alrede- 
dores: toda es del mismo color; esto no me 
dice nada. 
El médico hizo caer aquella costra, y en las 
suelas observó manchas rojizas. 
—Mirad, —dijo,—estamos en las márgenes del 
Lons, en el bosque de Saint-Geours. Sólo allí 
se encuentra esta tierra roja, 
24
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.