CGEOROES:SPITZEMOLLER
Desde el punto en que se encontraban dominaban
todo el paisaje, hasta más allá de las peñas que
cerraban el desfiladero. Y oyeron el ruido de una
cascada que surgía ante ellos.
Los rayos del sol transformaban este salto de agua
en un charco centelleante de rubíes, esmeraldas, to-
pacios y brillantes.
—¡Vamos!-—dijo el Ladrón de Corazones,—no
eran equivocados mis cálculos. Esa cascada es el
nacimiento de ese riachuelo que serpentea allí, entre
los montes, y desemboca en el Daria Biparia, uno
de los afluentes del Po, el río más importante de la
Italia del Norte.
—¿Entonces?...—preguntó el escudero.
—El cauce de ese río será nuestro camino, sen-
cillamente.
Didier miró de nuevo a su amo, asustado.
—¿Cómo, señor, queréis hacer marchar a un ejér-
cito, con los caballos, la impedimenta y los cañones,
por un rio?
—|¡Hum!—dejó escapar Mérovic con expresión
de duda. ,
—¡Paciencia !—articuló Paulino.—Ved a nuestros
pies, allá abajo, otro valle angosto que termina en
los llanos del Durance...
—Ya lo veo, —dijo Mérovic,
—Sí, monseñor... el Durance...—repitió maquinal-
mente Didier, asombrado.
—Pues bien, ¿por qué el agua de esta cascada no
corre naturalmente por ese valle, puesto que el lecho
de la cascada está a mayor altura que el valle?
—Sin duda a causa del dique formado por este
hacinamiento de rocas.
—Tú lo has dicho. Pues bien, que vuelen este
dique y que lo levanten de nuevo de manera que
corte el curso actual del río...
—¿En ese caso el río cambiaría de cauce?