Full text: La favorita

GEORGES. SPITZMULLER 
El senescal se alegraba, en efecto, de molestar al. E 
conde de Foix. Sabía que nada irritaría tanto a aquel 
noble, como el enterarse de que los «golillas» habían 
forzado las puertas de su vivienda, Jeantoux se ven- 
gaba, pues, del ultraje que tan cruelmente le recordaba 
la vista de la fortaleza. 
Si el señor presidente lo permite—, continub—, 
voy a reunir a unos cuantos hombres de buena volun- 
tad. ¡No faltan en esta villa los que tienen motivos 
de queja de su señor! Será para ellos una satisfacción 
el ponerse de parte del Parlamento. 
—1Id, pues—, ordenó el magistrado. 
El senescal se alejó. Lo primero que hizo fué ir a 
casa de Florent Corbier, la víctima de la crueldad del 
conde Juan, y su enemigo declarado, Corbier era la 
causa inicial del conflicto entre el Parlamento y el 
señor feudal. Se puso loco de contento al conocer los 
propósitos del presidente Vernerel, y, sin perder 
momento, se ocupó en facilitar su realización. 
Reunió rápidamente a algunos hombres de los que 
eran hostiles al conde de Foix, y, al frente de ellos, 
se dirigió al castillo. 
Pero todas estas maniobras alarmaron e intrigaron 
a los vecinos de la villa. Muchos de ellos, abando- 
nando sus quehaceres, corrieron. a presenciar el 
espectáculo imprevisto, ofrecido a su curiosidad. 
A la sazón, “agrupábanse en la explanada varios 
centenares de personas, que comentaban lo sucedido y 
esperaban nuevos acontecimientos. 
Jeantoux presentó a Florent Corbier al presidente 
Vernerel. 
—¿En dónde está el conde ?—inquirió el magistrado. 
—El señor—¡Satanás cargue con su alma !-—se fué 
a Quercy, en dónde está cazando en las tierras de un 
caballero amigo suyo. 
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