DRAE AER ESROSA
—¡Una manía!
¡Que había dado orden de que le afeitasen y le
arrancasen los dientes antes de enterrarle! ¿Lo han
hecho?
— Señor, lo ignoro...
-¡Un hombre que soñó con hacerse nombrar papa
a la muerte de Julio 11!
e —¿Por qué no?... De todos modos, Vuestra Majestad
no negará que Maximiliano de Austria se mostró muy
previsor al pensar en dirigir y organizar la elección
que se verificaría a su muerte,
Eo —Es verdad.. contestó Francisco—. Fué hábil.
Quiso preparar el camino a su nieto Carlos de Austria
y de España, y para ello colmó de mercedes a la casa
de Hohenzollern, que cuenta con dos electores en la
Dieta: el margrave Joaquín de Brandeburgo y Alberto
de Maguncia... ¡Pero los Hohenzollern han tenido
siempre la costumbre de guiarse por su interés, no
por la gratitud!
—Sí, una ventaja del momento les hace olvidar
lo pasado. ¡No lo olvidemos, señor!
—Tan poco nos olvidamos de ello, que nuestra cuña-
da, Renata de Francia, hija del difunto Luis XII,
va a casarse con el hijo del margrave!—dijo el rey,
riendo—. Y llevará una dote de ciento cincuenta mil
escudos, y tendrá, además, doce mil libras de pensión.
—Sin duda... sin duda...—respondió el canciller—.
Pero acabo de saber que Maximiliano le ofreció su
nieta Catalina, con 70.000 florines de oro; Alberto
ha recibido el capelo de cardenal con cincuenta mil
florines, y a los dos hermanos de Brandeburgo se les
han asegurado cuantiosas pensiones sobre las ciudades
de Malinas y de Amberes.
-—Nosotros doblaremos todas esas cantidades, si es
preciso—, dijo el rey—. Veamos, Duprat: hay siete
electores, ¿no es verdad?
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