GASTÓN LEROUX
quisiera decir más de lo que ví, ni
que mi pensamiento se adelantara en
la interpretación de este testimonio
escrito, ni que tampoco se quedase
atrás.
Sí, suplico al que me lea que no
tenga más miedo que yo en ese via-
je extremadamente inquietante por
el borde mismo del abismo psíquico,
sin el cual no hay progreso posible
para la humanidad.
¡Que esta espantosa historia de
amor sirva por lo menos de algo!
¡Que el mundo aprenda de una vez
para siempre lo que puede costar el
permanecer siendo un peso grave,
herméticamente encerrado en un vo-
242