EL CORAZÓN SECUESTRADO
es que representa él mismo una co-
media, y que vive con sus recuer-
dos...¡ Dos mío! ¡qué pálido se ha
puesto el señor! ¿Quizá haya hecho
mal en contarle todas estas cosas?
Quizá hubiese sido mejor que le hu-
biese ocultado la presencia de Pa-
trick en Venecia?
—¡No, Surdon, no! ¡ Has hecho
bien! Eres un criado fiel e inteligen-
te. Pero, oye, cuando has llegado
del Gran Hotel?
* —En este mismo momento, señor.
—¿Y Patrick?
—Le he dejado encerrado en su
cuarto como de costumbre a estas
horas.