Full text: El corazón secuestrado

pue 
EL CORAZÓN SECUESTRADO 
bía hecho la pregunta, —pues tú sa- 
bes perfectamente que yo no puedo 
oir «tu voz de silencio». 
— ¡Pues si no he dicho eso, no 
he dicho nada!—exclamó, miran- 
dome con unos ojos inmensos.—Lo 
demás no depende de mí. 
Y al decir esto cayó sobre la 
chaise-longue, con todo su cuerpo 
sacudido por los sollozos. Caí de ro- 
dillas. Todo el horror de mi con- 
ducta aparecía ante mí, al propio 
tiempo que la inconsciencia de Cor- 
delia. ¡Querida, queridísima Cor- 
delia. 
¡Me maldecía a mí mismo! 
Tratando de calmar su llanto, le 
331
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.