EL CORAZÓN SECUESTRADO
zón, en una habitación incomunica-
da por todas partes, las ventanas ce-
rradas por dentro, y la puerta cerra-
da con llave.
Lo más extraordinario era que se
buscó la bala por todas partes, sin
encontrarla. Había atravesado el
cuerpo de parte a parte, y no se la
hallo en la chaise-longue ni las pa-
redes.
Yo sé en dónde está la bala.
¡Está en algún rincón de los jardi-
nes de Venecia!
Tuvieron que soltar a Surdon,
pero en seguida prendieron a Pa-
trick, y lo tuvieron preso hasta que
se vió la causa.
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