GASTÓN LEROUX
des páginas que también me hicte-
son llorar, pero de felicidad. Había
recobrado a mi compañera de otros
con toda su frescura, Su
espontaneidad, su alegría de vivir
a mi lado, y sus adorables malicias.
Parecía haberse sumergido en el
pasado con Un frenesí que quería
«me compartir con ella, y no le
tiempos,
hace
costó mucho conseguirlo.
Bruscamente, después de tan que-
ridos recuerdos, empezaba a hablar
del presente con una confianza que
me devolvió, al instante, mi hermosa
salud física y moral. Se prometía de
nuestro matrimonio dichas infantiles.
Me hablaba de nuestra instalación
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