EL CRIMEN DE BUIF 125 
mons sería empresa imposible... ¡Pero otra viuda 
queda ahora sumida en la aflicción! 
El barón de Ripolin, yerno del conde asesinado, 
ofrece una prima de 20.000 francos a la persona 
que descubra al asesino. 
El señor Bicard de Buif, el simpático nego- 
ciante sobre el cual habían recaído por un mo- 
mento las sospechas, sospechas infundadas, y cuya 
As alta e innegable honorabilidad hemos proclamado 
te nosotros desde el primer momento, ha sido pues- 
to en libertad. Desde aquí le enviamos nuestras fe- 
licitaciones. 
El misterio cubre todavía los móviles del asesi- 
nato y nadie puede decir el nombre del asesino. 
Sin embargo... 
Y el señor Bidasse escribió la acostumbrada co- 
> letilla final: 
... Sin embargo, se puede suponer, sin afirmarlo, 
DN que el asesinato del conde Lardillon de Lestriviére 
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e ué el epílogo de un drama pasional o de un asun- 
to de costumbres contra natura. 
—Creo que así no queda del todo mal— dijo sa- 
7. 
0 tisfecho el señor Bidasse, al mismo tiempo que de 
| la redacción salía un murmullo de admiración—. 
Mn Sin embargo, habría que ilustrar este artículo. Pon- 
A: dremos el retrato de las dos hetairas... A propósito: 
Y Latrita nos refirió ayer la historia de la prodigiosa 
A cantidad de huevos duros comida por Simons en 
sl un restaurant de los bulevares. Deberíamos repro- 
e] 
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